Receta de Ensalada de alubias negras sin gluten y sin lactosa, como se hace.
Con Manolo Bordallo en el Restaurante de Córdoba Sociedad Plateros María Auxiliadora.
Los pueblos que componen la mancomunidad son Adamuz, Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca de Córdoba. Conservan importantes monumentos histórico-artísticos de prácticamente todas las edades del hombre, como una diversa naturaleza caracterizada por su variedad y riqueza paisajística estando representada Sierra Morena, la Vega del Guadalquivir y la Campiña de olivares. Cuenta con un rico Patrimonio Histórico caracterizado por su arquitectura religiosa, iglesias, ermitas y conventos, desde el siglo XV con sucesivas reformas. La arquitectura civil también es significativa, torres de reloj, puentes, plazas mayores y numerosas casas señoriales. Habitada desde la Prehistoria tiene cuevas, recintos ibéricos y villas y puentes romanos así como castillos desde época musulmana. Bujalance y Montoro está declarados Conjuntos Históricos.
También es posible el turismo activo, como el piragüismo. Cuenta con el embarcadero de El Salto y el parque fluvial de Villafranca y se puede revivir la época, en la que ya el geógrafo Estrabón hablaba del Guadalquivir navegable. Además de navegar se puede hacer práctica de escalada en el Peñón del Águila, con 24 vías equipadas con diferentes niveles de dificultad y puntos fijos para rappel. Entre las fiestas más destacadas la Mancomunidad del Alto Guadalquivir tiene una Semana Santa de gran interés. Cuenta con varios museos locales. La artesanía es potente, productos agroalimentarios (aceite, miel, dulces, legumbres etc.), trabajos en forja, madera, cuero y piedra molinaza. La mayoría de estos artesanos regentan desde hace muchas décadas talleres que se están convirtiendo en verdaderos ecomuseos donde los visitantes pueden deleitarse al contemplar el proceso de producción artesanal y si lo desean adquirir piezas, en la mayoría de los casos, de fabricación única.
Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.
Antigua zona minera de cobre, plomo, plata y hierro, formó parte de la Beturia de los Túrdulos en época romana. En la actualidad, desde 1991, 11 municipios componen esta Mancomunidad: Belmez, Espiel, Fuente Obejuna, La Granjuela, Los Blázquez, Obejo, Peñarroya-Pueblonuevo, Valsequillo, Villaharta, Villanueva del Rey y Villaviciosa de Córdoba.
Tanto su ubicación como su paisaje hacen de esta zona un destino ideal para el visitante que quiere aprovechar todas las posibilidades de practicar el turismo rural y, muy particularmente, para el viajero que quiere alejarse de las rutas en ocasiones trilladas que ofertan las guías al uso.
Además de los pueblos citados y un área aproximada de 30 kilómetros, con una red de comunicaciones de carreteras comarcales con buen firme y señalización, es posible disfrutar del encanto de lo rústico en su más pura esencia, recorriendo cualquiera de las 17 aldeas de la mancomunidad.
En el Valle del Guadiato el amante de la naturaleza podrá volcar su afición con la observación de distintas especies de su amplia fauna; igual ocurrirá con el aficionado a la caza, la escalada o el montañismo. Similares ofertas se ofrecen a los estudiosos del patrimonio histórico-cultural y a los deportistas náuticos con propuestas en pesca y otras opciones fluviales.
Entre la de rutas turísticas posibles y por su singularidad es recomendable la Ruta de las Aves Esteparias. Se encuentra en la zona del Alto Guadiato, en aquellos lugares donde existen terrenos carentes de arboledas y que se pueden denominar como estepas donde habitan aves propias del ecosistema como son la calandria, la cogujada común, el sisón, el triguero, el alcaraván, los aguiluchos, las avutardas y las grullas. Para la observación de la avutarda se recomiendan los alrededores de la aldea mellariense de Cuenca. Otro magnífico espectáculo son los grupos de centenares de grullas en la laguna de Peñalazora entre La Granjuela y Fuente Obejuna.
Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.
Esta mancomunidad tiene jurídica de Entidad Local de Derecho Público y está integrada por Aguilar de la Frontera, Fernán Núñez, Montalbán, Montemayor, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, San Sebastián de los Ballesteros y Santaella.
Cuenta con un patrimonio arquitectónico, artístico y etnográfico del que pueden destacarse la iglesia del Soterraño y la singular Plaza Octogonal en Aguilar de la Frontera.
Fernán Núñez conserva el Palacio Ducal de estilo neoclásico, uno de los edificios de carácter civil más importantes de la provincia.
Montalbán la ermita del Calvario y diferentes estilos arquitectónicos en la Asunción de Montemayor; junto a ella, el castillo que se conserva íntegro.
En Montilla sobresalen la iglesia de Santiago, el convento de Santa Clara, y el Monasterio de Santa Ana.
Los vestigios romanos de mayor entidad están en Monturque, con una cisternas de 12 cámaras.
Moriles ofrece al visitante, además de sus bodegas, la Parroquia de San Jerónimo.
En Puente Genil los templos de la Purificación, la Concepción y de Jesús Nazareno. La Parroquia de la Asunción es el monumento más importante de La Rambla.
San Sebastián de los Ballesteros pertenece a las nuevas poblaciones carolinas.
Las casas señoriales, el antiguo pósito, y la sede del Museo Arqueológico y Etnográfico, centran la arquitectura civil de Santaella, además de la Asunción, la ermita de la Vera Cruz y el Santuario de Nuestra Señora del Valle.
La fiesta más importante se centra en la Semana Santa, de interés turístico nacional. Con carácter comarcal, la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, se constituye en la plataforma promocional para los caldos de la zona. El turismo rural es otra de las opciones que ofrece la Campiña Sur. Antiguos caseríos y cortijos han sido habilitados para acoger visitantes que deseen descubrir las peculiaridades de la vida del campo y el contacto con la naturaleza, garantizándose la cobertura de todas las necesidades y comodidades actuales.
Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.
La cocina de Córdoba se ha formado durante milenios, consecuencia de su capacidad creadora, de su grado de desarrollo económico y social y de las influencias culturales recibidas. El hombre no fue hombre hasta que no cocinó. En su lenta evolución el primer gran descubrimiento que lo diferencia de los animales fue la transformación del alimento, lo que va asociado al dominio del fuego. Hasta entonces, como cualquier animal, vagaba por el territorio, con una gran diferencia, pues aunque lograra encontrar alimentos la mayoría ni los podría masticar y menos ingerir y digerir
Técnicamente era un estómago bípedo que, aunque cazó alguna que otra pieza, sobrevivió durante milenios gracias a las plantas, frutos secos, fruta y carroña. El descubrimiento del fuego, el dominio del principal medio de transformación culinaria de los alimentos, es una hazaña. Es fruto del raciocinio, cualidad que nos distingue de los animales. Era un medio natural en el que había que competir con grandes animales salvajes y el fuego significaría una eficaz defensa, un descubrimiento decisivo para la expansión humana pues, una vez dominado se transporta favoreciendo la exploración y conquista de nuevos territorios.
Siglos después vendría la invención de la cocina al descubrir que un producto, hasta entonces imposible de digerir, suavemente tratado por el fuego podía ser consumido fácilmente. El hallazgo pudo ser casual, tal vez un descuido, y que sentado ante el fuego se le cayese un bocado a las llamas y tras ser recuperado rápidamente experimentara un cambio favorable o tal vez por un simple juego, por experimentación.
Esta primera forma de cocinar fue difícil, a fuego directo, sin apenas útiles, sin vasijas y por tanto sin poder añadir más agua que la que contenían los propios alimentos. Faltaba otro gran invento, el descubrimiento de la cocción que va unido a la aparición de la cerámica. La cocción supone que muchos productos, animales y vegetales, que hasta ahora no se habían podido digerir, pudieran ser metabolizados por el estómago humano y se convirtieran en alimentos. Esta transformación culinaria es una mutación química que se produce en el seno del agua. Cuando se consume se puede ir reponiendo, evita la oxidación de los alimentos y permite mezclar varias materias primas y modificar sus sabores con la adición de condimentos y especias. La combinación de distintos elementos, que luego llamaremos recetas, permite graduar su poder en el sentido de satisfacer el apetito y conservar la energía durante más tiempo. Es decir se produce, a voluntad, lo que conviene comer en cada momento.
Así, a un plato preparado al fuego directo y que ha podido perder todas sus vitaminas, se le añade una guarnición que hace más armónico su poder nutritivo. A la cerámica se sumaron Agricultura y Ganadería, dominar las fuentes de alimentación y no depender exclusivamente de la caza y de la recolección. Fueron la causa de que el hombre dejase de ser nómada, el nacimiento de poblados y ciudades y superar la dependencia del medio al aportar cambios en la nutrición y la inclusión de nuevos alimentos. Sin el descubrimiento de la cocina, el hombre podría haberse extinguido hace miles de años, como otras especies salvajes ya desaparecidas. Con la cocina se aseguró su supervivencia: cocinar hizo al hombre. Cuando el homínido cocinante acampa para comer, también es muy posible que surgiera la palabra, otro importante factor que nos diferencia del medio animal.
Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.
Esta mancomunidad tiene jurídica de Entidad Local de Derecho Público y está integrada por Aguilar de la Frontera, Fernán Núñez, Montalbán, Montemayor, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, San Sebastián de los Ballesteros y Santaella. Cuenta con un patrimonio arquitectónico, artístico y etnográfico del que pueden destacarse la iglesia del Soterraño y la singular Plaza Octogonal en Aguilar de la Frontera. Fernán Núñez conserva el Palacio Ducal de estilo neoclásico, uno de los edificios de carácter civil más importantes de la provincia. Montalbán la ermita del Calvario y diferentes estilos arquitectónicos en la Asunción de Montemayor; junto a ella, el castillo que se conserva íntegro. En Montilla sobresalen la iglesia de Santiago, el convento de Santa Clara, y el Monasterio de Santa Ana. Los vestigios romanos de mayor entidad están en Monturque, con una cisternas de 12 cámaras. Moriles ofrece al visitante, además de sus bodegas, la Parroquia de San Jerónimo. En Puente Genil los templos de la Purificación, la Concepción y de Jesús Nazareno. La Parroquia de la Asunción es el monumento más importante de La Rambla. San Sebastián de los Ballesteros pertenece a las nuevas poblaciones carolinas. Las casas señoriales, el antiguo pósito, y la sede del Museo Arqueológico y Etnográfico, centran la arquitectura civil de Santaella, además de la Asunción, la ermita de la Vera Cruz y el Santuario de Nuestra Señora del Valle. La fiesta más importante se centra en la Semana Santa, de interés turístico nacional. Con carácter comarcal, la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, se constituye en la plataforma promocional para los caldos de la zona. El turismo rural es otra de las opciones que ofrece la Campiña Sur. Antiguos caseríos y cortijos han sido habilitados para acoger visitantes que deseen descubrir las peculiaridades de la vida del campo y el contacto con la naturaleza, garantizándose la cobertura de todas las necesidades y comodidades actuales.
Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.