Restaurante en Córdoba.
Sociedad Plateros María Auxiliadora.
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Cocina con Historia… y cocinar hizo al Hombre. 


Por Alejandro Ibáñez

La cocina de Córdoba se ha formado durante milenios, consecuencia de su capacidad creadora, de su grado de desarrollo económico y social y de las influencias culturales recibidas. El hombre no fue hombre hasta que no cocinó. En su lenta evolución el primer gran descubrimiento que lo diferencia de los animales fue la transformación del alimento, lo que va asociado al dominio del fuego. Hasta entonces, como cualquier animal, vagaba por el territorio, con una gran diferencia, pues aunque lograra encontrar alimentos la mayoría ni los podría masticar y menos ingerir y digerir

Técnicamente era un estómago bípedo que, aunque cazó alguna que otra pieza, sobrevivió durante milenios gracias a las plantas, frutos secos, fruta y carroña. El descubrimiento del fuego, el dominio del principal medio de transformación culinaria de los alimentos, es una hazaña. Es fruto del raciocinio, cualidad que nos distingue de los animales. Era un medio natural en el que había que competir con grandes animales salvajes y el fuego significaría una eficaz defensa, un descubrimiento decisivo para la expansión humana pues, una vez dominado se transporta favoreciendo la exploración y conquista de nuevos territorios.

Siglos después vendría la invención de la cocina al descubrir que un producto, hasta entonces imposible de digerir, suavemente tratado por el fuego podía ser consumido fácilmente. El hallazgo pudo ser casual, tal vez un descuido, y que sentado ante el fuego se le cayese un bocado a las llamas y tras ser recuperado rápidamente experimentara un cambio favorable o tal vez por un simple juego, por experimentación.

Esta primera forma de cocinar fue difícil, a fuego directo, sin apenas útiles, sin vasijas y por tanto sin poder añadir más agua que la que contenían los propios alimentos. Faltaba otro gran invento, el descubrimiento de la cocción que va unido a la aparición de la cerámica. La cocción supone que muchos productos, animales y vegetales, que hasta ahora no se habían podido digerir, pudieran ser metabolizados por el estómago humano y se convirtieran en alimentos. Esta transformación culinaria es una mutación química que se produce en el seno del agua. Cuando se consume se puede ir reponiendo, evita la oxidación de los alimentos y permite mezclar varias materias primas y modificar sus sabores con la adición de condimentos y especias. La combinación de distintos elementos, que luego llamaremos recetas, permite graduar su poder en el sentido de satisfacer el apetito y conservar la energía durante más tiempo. Es decir se produce, a voluntad, lo que conviene comer en cada momento.

Así, a un plato preparado al fuego directo y que ha podido perder todas sus vitaminas, se le añade una guarnición que hace más armónico su poder nutritivo. A la cerámica se sumaron Agricultura y Ganadería, dominar las fuentes de alimentación y no depender exclusivamente de la caza y de la recolección. Fueron la causa de que el hombre dejase de ser nómada, el nacimiento de poblados y ciudades y superar la dependencia del medio al aportar cambios en la nutrición y la inclusión de nuevos alimentos. Sin el descubrimiento de la cocina, el hombre podría haberse extinguido hace miles de años, como otras especies salvajes ya desaparecidas. Con la cocina se aseguró su supervivencia: cocinar hizo al hombre. Cuando el homínido cocinante acampa para comer, también es muy posible que surgiera la palabra, otro importante factor que nos diferencia del medio animal.

Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.

Trabajando en común. Campiña Sur. 


Por Alejandro Ibáñez

Un paisaje ondulado formado en el Terciario e ideal para su explotación agrícola, con cerros testigo que se convirtieron en pueblos–fortalezas para ir evolucionando a importantes agrociudades.

Esta mancomunidad tiene jurídica de Entidad Local de Derecho Público y está integrada por Aguilar de la Frontera, Fernán Núñez, Montalbán, Montemayor, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, San Sebastián de los Ballesteros y Santaella. Cuenta con un patrimonio arquitectónico, artístico y etnográfico del que pueden destacarse la iglesia del Soterraño y la singular Plaza Octogonal en Aguilar de la Frontera. Fernán Núñez conserva el Palacio Ducal de estilo neoclásico, uno de los edificios de carácter civil más importantes de la provincia. Montalbán la ermita del Calvario y diferentes estilos arquitectónicos en la Asunción de Montemayor; junto a ella, el castillo que se conserva íntegro. En Montilla sobresalen la iglesia de Santiago, el convento de Santa Clara, y el Monasterio de Santa Ana. Los vestigios romanos de mayor entidad están en Monturque, con una cisternas de 12 cámaras. Moriles ofrece al visitante, además de sus bodegas, la Parroquia de San Jerónimo. En Puente Genil los templos de la Purificación, la Concepción y de Jesús Nazareno. La Parroquia de la Asunción es el monumento más importante de La Rambla. San Sebastián de los Ballesteros pertenece a las nuevas poblaciones carolinas. Las casas señoriales, el antiguo pósito, y la sede del Museo Arqueológico y Etnográfico, centran la arquitectura civil de Santaella, además de la Asunción, la ermita de la Vera Cruz y el Santuario de Nuestra Señora del Valle. La fiesta más importante se centra en la Semana Santa, de interés turístico nacional. Con carácter comarcal, la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, se constituye en la plataforma promocional para los caldos de la zona. El turismo rural es otra de las opciones que ofrece la Campiña Sur. Antiguos caseríos y cortijos han sido habilitados para acoger visitantes que deseen descubrir las peculiaridades de la vida del campo y el contacto con la naturaleza, garantizándose la cobertura de todas las necesidades y comodidades actuales.

Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.

Gastronomía y cultura de nuestros pueblos: Montoro.

Dirección y coordinación Rafael Moreno Rojas,  Catedrático de Nutrición y Bromatología

Texto: Fernando Ruiz Cubero, Francisco Javier Peña Ojeda, Carmen Prieto Serres (alumnos de Alimentación y Cultura de la Titulación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba)

Ubicación

Montoro es un municipio español de la provincia de Córdoba, Andalucía. En el año 2008 contaba con 9.895 habitantes. Su extensión superficial es de 586 km² y tiene una densidad de 16,4 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 38º 01′ N, 4º 22′ O. Se encuentra situada a una altitud de 195 metros y a 41 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.

El casco urbano se ubica a 195 metros sobre el nivel del mar, en la zona de contacto de Sierra Morena con la campiña, emplazado sobre un promontorio en el interior del meandro encajado que aquí forma el río Guadalquivir, el cual ciñe su caserío.

A Orillas del río Guadalquivir su término municipal comprendiendo tanto zonas de sierra al norte, como la vega y la campiña al sur. Una gran extensión de su zona norte es un espacio natural protegido, pues forma parte del Parque Natural Sierra de Cardeña Montoro.

Historia

La presencia de asentamientos humanos en Montoro está atestiguada mediante restos arqueológicos desde época prehistórica.

Como núcleo urbano se especula con la posibilidad de que fuese una fundación de los colonizadores griegos.

Sí se está plenamente seguro de la existencia de un núcleo ibérico en el Llanete de los Moros, donde las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz estructuras arquitectónicas y ajuares funerarios. Estos restos están fechados en torno a los años 4.500-5.000 a. C.

A finales del siglo III a. C. la ciudad de Epora se ve inmersa en la Segunda Guerra Púnica. Esta ciudad tiene su importancia, en especial hacia finales del siglo I a. C. Epora se localiza en el trazado de la Vía Augusta y es nombrada tanto en el Itinerario de Antonino como en los Vasos Apolinares. De este período destaca una escultura thoracata  expuesta en el museo local, así como varias inscripciones.

Tras el período visigodo y musulmán, la ciudad es conquistada  definitivamente por el rey cristiano Fernando III el Santo el día de San Bartolomé (24 de agosto) de 1238, según unos autores. De ahí que este santo fuese nombrado patrón de la ciudad y titular de su iglesia parroquial.

Perteneció al Concejo de Córdoba hasta que a mediados del siglo XVII
pasó a manos del marqués de El Carpio, Luis Méndez de Haro y Sotomayor, a cuya casa nobiliaria perteneció hasta que en el siglo XIX  se abolieron los derechos señoriales.

El comportamiento de sus vecinos durante la invasión napoleónica le valió el título de “Muy Noble, Leal y Patriótica” (“Muy Noble, Leal y Patriótica Ciudad de Montoro”). Tras conocer los habitantes de Montoro el genocidio, las torturas y los abusos sexuales (sin distinción de
sexo o edad) cometido por los franceses en Córdoba capital, decidieron
una estrategia de engaño, que haría creer a los franceses que eran bien recibidos en Montoro, para a continuación acabar con cuantos pudiesen. Varias veces se repitió esto con el resultado de que Montoro fue el único punto independiente en toda España que los franceses dejaron en su retaguardia. No obstante, esta situación de “isla en tierra” le costó no pocas vidas y un gran bajón en la productividad y la natalidad, quedando la población muy reducida. Sólo tras más de 30 años (hacia 1840), la población había recuperado su valor de 1808.

Producción y comercialización alimentaria

Su base económica es el cultivo del olivar, con varias almazaras que producen un aceite de alta calidad. Estos olivares ocupan más del 80% de la superficie agrícola del municipio, que a su vez representa el 40% del área total del mismo. Los molinos de aceite se encontraban distribuidos por los distintos cortijos de la zona. Existen molinos de siglos pasados, años 1800. En estos años que estamos hablando, por los medios que había no era frecuente transportar la cosecha, además las tierras eran propiedad de grandes terratenientes y entonces la extensión del cortijo era mucho mayor que ahora. Por lo tanto, La  aceituna se recolectaba por los operarios del cortijo y se transportaba al molino del cortijo. En la actualidad es los molinos de aceite están próximos al casco urbano siendo 3 de ellos de mas importancia, Cooperativa Olivarera Hojiblanca, Quirós, De la Rosa. También se dan otros cultivos en su zona de campiña como los cereales. Otra industria de menor dimensión pero de raigambre e incluso fama, son la fabricación de mazapanes.

Este producto típico navideño es elaborado por la empresa Torregonza SA, de Montoro, comercializadora de los mazapanes La Logroñesa

En el proceso de elaboración, además de los trabajadores habituales en esta empresa, cuatro profesionales de la provincia riojana de Logroño se trasladan en cada campaña a Montoro para encargarse especialmente de la fabricación del mazapán de Soto, compuesto a base de almendras trituradas mezcladas a su vez con azúcar cocido, lo que le da una textura y jugosidad inusuales en un dulce, constituyendo además un artículo de una gran riqueza alimenticia.

Una receta que ha permanecido inalterable desde hace ya más de 50 años y que responde a la forma tradicional de su elaboración.

La Logroñesa lleva más de medio siglo fiel a la calidad de sus productos desde que en 1953 su fundador, Vicente Torre Campo, natural de La Rioja, trajera a tierras andaluzas el típico mazapán de Soto para comercializarlo al resto del país, especialmente en Extremadura, Castilla La Mancha, Alicante o Valencia. Su cuidada fabricación desde sus inicios en el año 1953, y el constante afán por mantener la calidad, han dado sus frutos con la consecución del Trofeo Andalucía Internacional y Estrella de Oro a la Calidad.

También cabe destacar la explotación apícola. Recolectando miel tanto de varios pólenes como de uno solo. Desde tiempos remotos lo lugareños han sabido aprovechar este recurso. Otro recurso obtenido de la sierra seria la carne de monte (venado y jabalí), las setas y la caza menor.

Recetas

Todos estos productos elaborados en el pueblo de Montoro,  como la perdiz, las setas o la carne de venado  tienen sus propias recetas culinarias:

1.      Perdiz:

La perdiz la preparaban añadiéndole a ésta  cebolla, aceite de oliva, pimiento, azafrán en hebra, ajos,  vino y sal.

2.      Setas:

Las setas se preparan o bien asadas, puestas sobre la parrillas y con una poquita de sal, como el caso del llamado “faisán”, que crece en los juagarzos. O bien otras variedades de setas en revuelto. Se añade ajos, comino, sal, aceite de oliva y huevos.

3.      Venado:

Se añade a la carne de esta especie cinegética aceite, cebolla, ajos, pimiento molido, romero, azafrán y con un buen macerado.

4.      Andrajos de Montoro con liebre de tiro:

Otro plato típico de esta localidad son los Andrajos de Montoro con liebre de tiro; liebre, ajos tomate, cebolla, pimiento rojo, hojas de laurel, tomillo, romero, pimienta, pimientón dulce, aceite, harina y agua.

Se coge la harina se le añade agua y un pellizco de sal, haremos una pasta, que dejamos reposar para después estirarla y hacer una loncha fina. La pasta se cuece en el horno de leña sobre la piedra o sobre piedras calientes en la lumbre. En una cazuela se fríe la liebre y se añade el pimiento, los ajos, cebolla, tomate, un poco de romero y tomillo, el laurel y pimientón dulce. Cuando ya esta todo frito se cubre con agua y se deja hervir para poner la carne tierna. En este momento añadimos los andrajos y lo dejamos cocer unos diez minutos, procurando que no se queden muy secos.

El andrajo es tan antiguo y milenario como el propio pueblo de Montoro donde antes de conocer el arroz era una forma de cocinar el trigo en harina como pasta, no sabemos a ciencia cierta quien lo aportó a la gastronomía montoreña, aunque es un plato que lo degustaban los romanos al que llamaban clarianos.

Fiestas locales y relación con los alimentos

Velada de San Sebastián (20 de enero): Los vecinos y parroquia de este barrio, en torno a una candela donde se pinchan chorizos , es en el Llanete de la Cruz y celebran la fiesta de su patrono.

Carnaval: Desfile de carrozas, con muchos participantes disfrazados y concurso de murgas y chirigotas. También tiene interés el domingo siguiente donde se reañiza una “sardiná.

Semana Santa: Comienza el sábado anterior al Domingo de Ramos con la representación dramática de La Pasión, en la que intervienen unos 230 personajes. Sigue el Viernes de Dolores y termina la Semana Grande con la procesión de Cristo Resucitado y Maria de la Paz. Relacionado con la comida: el viernes santo se comeensaladilla rusa, tortilla de patatas y bacalao frito.

Fiesta de la Cruz: (en torno al 3 de mayo): Desfile de cruces de mayo recorren las calles de Montilla y fiesta de la Cruz en su barrio, con verbena, concursos y casas engalanadas.

Feria de San Francisco Solano (en torno al 14 de julio): En honor a su patrono, procesión del Santico.

Fiesta de la Vendimia (finales de agosto y principios de septiembre) Nombramiento del Capataz de Honor, pregón y acto de pisa de la uva. Sigue con la verbena de la Virgen de las Viñas en el barrio de las Casas Nuevas Patrona de la Vid y del vino. El Consejo Regulador de Denominación de Origen Montilla-Moriles y varias bodegas ofrecen degustaciones gratuitas de vino y promociones especiales de venta de estos vinos.

Fiesta de la virgen de la Aurora patrona de montilla en la que se comen castañas y nueces.

Fiesta de los Santos muy importante en montilla porque la Centuria Romana Munda realiza una paella gigante.

Fiesta de reyes se realiza un roscón gigante que hace 2 años fue el más grande del mundo.

Ruta del vino

La Ruta de Montilla-Moriles transcurre por un paisaje de vides, olivos y cereales, trilogía de la cultura mediterránea. Nueve son los municipios de esta ruta: Aguilar de la Frontera, Córdoba, Fernán Núñez, Lucena, Montemayor, Moriles, Puente Genil, La Rambla y Montilla. El vino ha representado para la cultura y la tradición de esta tierra un sello de identidad y un elemento económico de singular importancia, que define y diferencia esta comarca de otras zonas agrícolas de este territorio.

Actividades

Catas de iniciación o espectáculos de flamenco son algunas de las actividades que se pueden combinar con la Ruta del Vino.

Fiestas como los Patios de Córdoba en mayo o la Fiesta de la Vendimia en Montilla, (finales de agosto – primeros de septiembre), son citas ineludibles para todo turista que visite Andalucía.

Características

El prestigio de los vinos de Montilla-Moriles es fruto de una larga tradición vinícola de años de crianza de los más variados caldos. Hay tres tipos básicos de vino: jóvenes afrutados, de crianza y generosos, que se consiguen a través del sistema de Soleras y Criaderas y ofrecen una amplia gama de estilos que van desde el fino o el amontillado al oloroso. Entre agosto y septiembre, comienza en la zona de Montilla-Moriles el ancestral rito de la vendimia. El Pedro Ximénez uno de sus caldos más famosos, toma su nombre de la variedad de uva que procede, caracterizándose fundamentalmente, por su delicada piel y por su alto contenido en azúcares. Cortadas las uvas al llegar a su estado de madurez, se tienden al sol para conseguir su pasificación. Una vez procesadas, el resultado final es un vino dulce, que por su afrutado y agradable sabor puede tomarse como postre. Además de la Pedro Ximénez, en esta D.O. conviven otras variedades como Airén, Montepila, Baladí y Moscatel. Precisamente Montilla-Moriles es una denominación que intenta abandonar su clásica imagen con la apuesta por nuevas variedades de uva y nuevos sistemas de producción, más acordes a los gustos actuales.

Recursos

La Ruta del Vino Montilla-Moriles cuenta con más de 40 empresas asociadas, entre bodegas, hoteles, restaurantes, enotecas, etc. preparadas para acoger y proporcionar una experiencia única a sus visitantes. En Montilla-Moriles podrás contemplar en directo y a fuego lento todo el proceso de construcción de un tonel, una tradición de artesanos y artistas única, que todavía se conserva en esta ruta, así como el trabajo artesanal de los Lagares familiares, únicos en esta zona. El tapeo es una manera informal de descubrir un abanico de manjares típicos de la zona ligados a los excelentes caldos de la tierra que son servidos por los famosos venenciadores andaluces.

Restaurantes 

Como ya se ha comentado  antes, los lugareños estaban en los cortijos de la zona en las labores camperas. Al ser años de penuria y apenas tenían con que alimentarse “había que buscar lo que daba el monte”.

En los caserones camperos se desarrollaba prácticamente toda la vida cotidiana, al pueblo se desplazaban en contadas ocasiones y principalmente para comprar los útiles domésticos que se gastaban. Con este se quiere reseñar que en el cortijo había panaderías y se hacían repostería como los roscos de leche con huevos, leche, azúcar, raspadura de limón, canela levadura y aceite. Aun así, en el pueblo existían panaderías como la Panadería Madrid.

Respecto a las recetas, éstas se pueden degustar en algunas de las tascas o tabernas del pueblo como pueden ser el Bar Yepes, Belsay; Bar Burro o Janoi entre otros

Sierras altas y jóvenes. La Subbética.


Por Alejandro Ibáñez

La Subbética

Se trata de la comarca más joven de la provincia pues sólo tiene unos 37 millones de años, formada cuando el subcontinente indio chocó contra Eurasia, colisión que aún continúa.

La asamblea constituyente de 1987 está formada por Almedinilla, Benamejí, Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Encinas Reales, Fuente Tójar, Iznájar, Lucena, Luque, Palenciana, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros. Naturaleza y cultura definen a la comarca que engloba en su interior a uno de los parques naturales de Andalucía de mayor riqueza paisajística y ecológica. Supone la puesta en el mercado de una oferta de naturaleza, Barroco, arqueología y práctica de deportes activos, como el cicloturismo de montaña por rutas con paisajes vírgenes o caminos y veredas frecuentadas antaño por famosos bandoleros. Para los que gusten de emociones fuertes aquí les aguardan actividades de parapente, espeleología y escalada. También se puede disfrutar de un paseo en piragua o vela en el embalse de Iznajar, así como las tradiciones con un amplio legado en fiestas populares, incluida la Semana Santa. La Subbética constituye una excelente oferta de ocio para aquellos que crean que unas vacaciones pueden ser algo más que sol y playa, y busquen un intercambio sociocultural que estas tierras les proporcionan.

La comarca se enclava en pleno centro geográfico de Andalucía. En la actualidad, el viajero puede elegir entre una serie de alojamientos rurales constituidos por pequeños hoteles, camping y camping-cortijo (modalidad autóctona de esta región autonómica) y cortijos en alquiler, albergues, granjas escuela, así como la Villa Turística de la Subbética, ubicada en la aldea de Zagrilla. Es una zona privilegiada en muchos sentidos, paso natural entre Andalucía Oriental y Occidental, que comunica Jaén, Granada, Málaga y Sevilla. Ha recibido el impacto de muchas y muy variadas formas culturales desde el más remoto pasado. Abundantes recursos naturales, vegetales, animales y minerales, junto a condiciones climáticas favorables han propiciado el asentamiento de grupos humanos desde la Prehistoria.

Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.

Receta de Tocino de cielo, como se hace

Con Manolo Bordallo en el Restaurante Sociedad Plateros Maria Auxiliadora de Cordoba.

Gastronomía y cultura de nuestros pueblos: Villaviciosa de Córdoba.

Dirección y coordinación Rafael Moreno Rojas,  Catedrático de Nutrición y Bromatología

Texto: Edwin Fernández, Esther Filiberto Garrido, Ángela Mª Lara Hernández y Federico Sambo(alumnos Alimentación y Cultura de la Titulación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba)

Ubicación

Sus coordenadas geográficas son 38º 04′ N, 5º 00′ O. Se encuentra situada a una altitud de 693 metros y a 43 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba.

Historia

Villaviciosa de Córdoba, como el municipio que hoy conocemos, se constituyó el 15 de diciembre de 1775 a las 11:00 horas de la mañana. En ese día se le entregó al pueblo el título de villazgo separándose jurisdiccionalmente de Espiel.

El nombre de Villaviciosa procede de la advocación de la imagen de Nuestra Señora de Villaviciosa que se venera en la localidad.

Cuenta la tradición que fue traída por un vaquero portugués de Vila-Viçosa. El emplazamiento de la población está determinado por la ubicación de la ermita de la Virgen de Villaviciosa, en el centro del actual casco urbano y la ubicación de la ermita está a su vez determinada por el cruce de dos caminos muy importantes. Por un lado el camino del Pretorio, una variante del camino de Córdoba a Extremadura y por otro el camino de Madrid-Toledo a Sevilla-Cádiz pasando por Los Pedroches.

Producción y comercialización alimentaria

Villaviciosa desde siempre ha sido un pueblo que basa su economía sobre el cultivo de la vid, tiene también un buen interés alimentario, pero su principal fuente es la enología. La pregunta que surge ahora es por qué justo a Villaviciosa tenemos los mejores testimonios del cultivo de la vid, y la mejor excelencia en relación a los “vinos delGuadiato“.

Enclavada en el corazón de Sierra Morena, donde el verde natural de estas tierras quebradas, es surcado por los cursos fluviales delGuadiato y el Névalo, la naturaleza ofrece un abanico de olor y color sorprendente, los vientos que soplan casi todo el año dejan el micro-clima bien seco y el terreno de la zona tiene abundancia de minerales, sin embargo es un clima ideal por el cultivo de la vid.

La primera noticia escrita que se conserva del cultivo de la vid en esta localidad es una concesión de: “cien fanegas de tierra y veinte aranzadas de viña” a la ermita de Nuestra Señora de Villaviciosa, otorgada por el rey Felipe II en San Lorenzo, el 21 de julio del 1590 (AMCO, libro de privilegios, f. 468r)

Para conseguir otros testimonios del cultivo de esa planta mágica datan a mediados del siglo XVIII. Mediante un apeo, los pobladores adquieren la propiedad plena de las tierras que habían usurpado y puesto en cultivo de cereal y sobre todo de viñedo. Como ya se había señalado en precedencia el cultivo de la vid ha sido la clave de la importancia económica del pueblo.

Unida la vid al origen de la propiedad de la tierra, así como su ampliación durante la segunda mitad del siglo XIX mediante el acceso a la propiedad de la tierra a través de las roturaciones arbitrarias. Para poder consolidar la titularidad de la tierra era necesario ponerlas en cultivo, siendo la opción más rentable, por las características que hemos nombrado antes, se escogió la vid.

La filoxera de finales de siglo y principios de la centuria siguiente fue superada por la plantación de nuevas vides injertadas en padrones resistentes a la filoxera. En la actualidad se ha reducido su cultivo por la falta de producción de los viñedos y la escasa rentabilidad por elevados costos de explotación y el bajo precio de los vinos. Sin embargo hay todavía empresas productora de vino, entre la cual hay una que desde tiempo inmemorable se dedica a eso, y, hasta hoy, sigue ganando premios y condecoraciones, es la bodega Gómez Nevado.

Desde 1754 según “El Catastro del Marqués de Ensenada“, el apellido Nevado aparece vinculado al cultivo de la vid y elaboración de vino en Villaviciosa de Córdoba.

Rafael Gómez Nevado, hoy tiene el número 1 como productor, elaboración y crianza de vinos de Agricultura Ecológica. Fue la primera empresa de Andalucía con el sello Agricultura ecológica.

Las variedades empleadas en los vinos son Pedro Ximenez, Palomino Fino y Airén, o sea la más típica y común en Andalucía, pero no son las uvas lo que nos sorprende de esta bodega si no las tipologías de vinificación que son únicas en su estilo.

La bodega Rafael Gómez tiene y usa todavía por algunas tipología de vino tinajas de cemento, práctica que las otras bodegas han abandonado a lo largo del tiempo, que a diferencia de las más modernas en acero inoxidable, participan en los procesos de envejecimiento del vino. Otra característica peculiar es que los años de envejecimiento en bote son más o menos el doble respeto a los mismos vinos en las otras parte de Andalucía, a lo cual dan mucha más estructura a esos vinos.

Recetas

En Villaviciosa, a parte de las producciones de vinos y vinagre de gran calidad, sobresalen el estofado de venado y conejo, así como sopas imperiales y níscalos del monte. En dulces caseros sobresalen los buñuelos o borrachuelos, con el vino como ingrediente fundamental.”De: “Córdoba: ed. Mediterráneo (1996) Aut. Juan Agero.

Como nos estamos dando cuenta, poco a poco que el trabajo toma forma, la unión entre alimentación e historia de una población es de una intensidad increíble; los Buñuelos se suele hacer en la fiesta del Carnaval de Villaviciosa de Córdoba. Con razón este dulce se llama también borrachuelos porque en la preparación para 8/10 personas se usa 1/2 litro de vino blanco, obligatoriamente deVillaviciosa. Se nota como los Buñuelos nacieron como dulce de fiesta por la manera de prepararlo, que incluye un tiempo de reposo de la masa de 7 a 8 horas, es claro que en un día laboral jamás sería posible realizar una elaboración tan larga.

Fiestas locales y relación con los alimentos

Las principales fiestas de Villaviciosa son los tomillos, el carnaval, San Isidro, la feria de Agosto y obviamente la fiesta de la Virgen de Villaviciosa.

Los tomillos: En la noche del 19 de Enero es tradicional en esta localidad, los candelorios con tomillo, romero brezo, entre otras plantas aromáticas. En honor al santo protector contra las pestes y epidemias se encienden las hogueras purificadoras, a cuyo alrededor niños y mayores juegan al corro, cantan y comparten la comida y bebida que cada familia aporta.

Carnaval: El carnaval se celebra anualmente en el mes de febrero (día variable) promovido por el Ayuntamiento. Consta de tres o cuatro días (según el año), la gente se disfraza imaginativa y originalmente con disfraces variados. El primer día se celebra, en la caseta del pueblo, el famoso concurso de comparsas en el cual éstas presentan sus letras, ensayadas durante meses antes, acompañada de voces e instrumentos a todo el pueblo. Siguen varios días de concursos y festejos pero la usanza que sobresale es el tradicional entierro de la sardina. Este lo forman varias personas disfrazadas de curas, familiares de luto, monjes, etc., que van llorando detrás de una sardina en su ataúd. Estas personas van dando gritos de lamento llamando la atención del pueblo.

San Isidro: Se celebra el fin de semana más próximo al día 15 de Mayo, esta es la fiesta de los labradores por excelencia. La mañana comienza con una banda de música que va tocando por las calles de la localidad con el objetivo de despertar animadamente a los vecinos. Posteriormente alrededor de las diez y media en la Plaza de Andalucía se celebra un concurso de carrozas, realizadas por colectivos y particulares, todas ellas con el aliciente de hacer referencia a algún tema del pueblo, la carroza ganadora tendrá el privilegio de poder subir al santo para ser desplazado hacia la ermita. La Ermita se encuentra en un hermoso paraje de laPreturilla de Navafresno a unos 4,5 km de la localidad. Tras la misa de romeros, la hermandad titular invita a todos los vecinos que visiten al santo a una copita de vino y chacinas de la localidad.

 Feria de Agosto: Se celebra del 15 al 18 de Agosto. En estos días se celebra en Villaviciosa numerosos actos, como pueden ser actuaciones con orquesta para amenizar las veladas nocturnas con su correspondiente baile en la Caseta Municipal, durante el día se realizan competiciones deportivas; como carreras de cintas, de caballos, bicicletas, sacos, concursos de fuerza, y el juego del tango.

Feria de Septiembre Virgen de Villaviciosa: Se celebra el 8 de septiembre. La feria chica de esta localidad da comienzo la víspera de la festividad, cuando se traslada la virgen desde su ermita hasta la parroquia, donde permanece hasta el primer Domingo de Octubre. Se celebra una función religiosa y procesión. Se organiza una velada a continuación en la que se queman fuegos artifíciale, popularmente conocida como (la noche de los fuegos) en honor a la patrona cuyo nombre es el de la Localidad.

Rutas del Vino de España.

 Publicado por la Ruta del vino de Montilla-Moriles (formato pdf).

RUTAS DEL VINO DE ESPAÑA. ¿QUÉ ES UNA RUTA DEL VINO?

El producto turístico Rutas del Vino de España, de ACEVIN, del que forma parte la Ruta del Vino Montilla-Moriles como una de las rutas certificadas, consiste en la integración de los recursos y servicios turísticos de interés de una zona vitivinícola, planteados desde la autenticidad y la vo-
cación vivencial, con el fin de construir un producto a partir de la calidad e identidad del destino, optimizando la comercialización conjunta, el nivel de satisfacción de la demanda, y el desarrollo socio-económico integral del territorio. Sin cultura del vino no hay ruta del vino, y sin ruta del vino no
hay producto turístico.

ACEVIN Y LA SGT

Los promotores del proyecto Rutas del Vino de España fueron la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) y la Secretaría General de Turismo de España (SGT) que, en su apuesta por la calidad, puso en marcha en el año 2000 el Plan Integral de Calidad del Turismo Español (PICTE 2000-2006). Éste definía las estrategias orientadoras de la política turística española y entre sus programas incluía uno cuyo objetivo era trabajar en el diseño de nuevos productos turísticos, colaborando en su creación y desarrollo.

Rutas del Vino de España está formado actualmente por un total de 21 Rutas, de las que 13 están plenamente certificadas, según el Manual de Calidad de este producto, y otras 8 están en proceso de certificación. Las Rutas que forman parte de este Club de Producto pasan auditorías periódicas que otorgan el certificado de calidad y velan por el mantenimiento de estos estándares fijados en el Manual. La Ruta del Vino Montilla-Moriles superó el proceso de auditoría en julio de 2005 y, desde entonces, la certificación de calidad ha sido renovada en todas las ocasiones.

TURISMO DEL VINO

El turismo del vino, tal como lo entiende Rutas del Vino de España, no consiste únicamente en visitar bodegas. Es un amplio conjunto de servicios integrados, en una oferta muy profesionalizada orientada a la innovación, la originalidad, la diversificación, el desarrollo del territorio y, sobre todo, no masivos y de gran calidad.

Entre las principales actividades que realiza un turista del vino en su estancia en el destino, destacan las visitas a los pueblos y las bodegas, lo que implica visitas de museos y exposiciones, visitas de monumentos, compra de vino, catas de vino y disfrute de la gastronomía local. El turista del vino valora aspectos como la hospitalidad en la atención al cliente, la profesionalidad en la prestación del servicio, la calidad en los recursos turísticos del destino, la accesibilidad a la información, la flexibilidad horaria, la calidad de información sobre destino y vino, y la relación calidad-precio.

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Tierras turdetanas deseadas. Guadajoz. 


Por Alejandro Ibáñez

Guadajoz

La riqueza agrícola de esta comarca, marcada por el viejo Salsum Flumen, favorece su ocupación por oppida, ciudades fortificadas, y protegidas por torres de vigilancia de estructuras ciclópeas.

Esta mancomunidad está compuestas por los municipios de Baena, Castro del Río, Espejo, Nueva Carteya y Valenzuela, además de las pedanías de Albendín (Baena) y Llano del Espinar (Castro del Río). Los pueblos de la comarca se extienden entre ríos y olivares. La vega con acequias de albaricoque, granados e higueras, se abre a la campiña con el paisaje ondulado de las terrazas altas con espigas de un Guadajoz, que aguas arriba emboca, entre un mar de olivos, las aguas serranas de Jaén y Córdoba. Un paisaje de vega, campiña, monte y olivar sobre suelos fértiles entre macizos calizos que coronan lomas y llanos a pie de monte, vetas de sal y yeso.

Hay infinitas posibilidades turísticas. Baena está presidida por la Almedina en la que sobresalen el castillo, Santa María la Mayor y el convento Madre de Dios. Castro del Río es un ejemplo más de pueblofortaleza, organizado en la cima de una colina y amurallado en torno a lo que fue la primitiva ciudad, hoy barrio de la Villa. En Espejo se debe visitar el castillo, la iglesia de San Bartolomé y las ermitas de Santo Domingo, Santa Rita y la capilla de San Miguel. Nueva Carteya es el más joven de todos, fundado en 1822, es una villa con forma triangular, con calles trazadas en perpendicular precisión matemática y Valenzuela es uno de esos municipios privilegiados que aún conservan todas las esencias de su genuino sabor a pueblo potencial arqueológico, con yacimientos desde época ibérica, algunos visitables y otros reconocibles en sus museos.

En esta comarca impera la cultura del aceite, una de sus señas de identidad, de un carácter mitológico y que determina toda una idiosincrasia y unas costumbres que llenan de singularidades a las gentes de este lugar.

Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.

Gastronomía y cultura de nuestros pueblos: Montilla

Dirección y coordinación Rafael Moreno Rojas,  Catedrático de Nutrición y Bromatología

Texto: Aurora Mª López  Tejada(alumna de Alimentación y Cultura de la Titulación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba)

Ubicación

Montilla es un municipio español de la provincia de Córdoba, en la comunidad autónoma de Andalucía. Se sitúa en la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Sus coordenadas geográficas son 37° 35′ N 4° 38′ O y está en pleno centro geográfico de Andalucía y a unos 45 km al sur de Córdoba. Su extensión es de 168,2 km² y en el año 2009 contaba con 23.840 habitantes, lo que supone una densidad de población de 141,73 hab/km².

Históricamente destaca por ser cuna de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, nacido en 1453 en el castillo cuyas ruinas presiden la ciudad, propiedad de su padre, Pedro Fernández de Córdoba, Señor de Aguilar.

Es famosa por la calidad de su uva Pedro Ximénez, de la que se elaboran los acreditados vinos de Montilla, y junto con la cercanaMoriles y otras localidades cordobesas integra la comarca vitivinícola con Denominación de Origen Montilla-Moriles.

Historia

Desde el Paleolítico Inferior se conocen restos de ocupación humana en Montilla, como lo atestiguan los útiles sobre lasca y losbifaces encontrados. Posteriormente han aparecido raederas, raspadores y buriles, del Paleolítico Medio, algo de cerámica delCalcolítico y de sepulturas del Campaniforme.

La presencia de restos arqueológicos, como una estatua de Dianacazadora o de vías romanas, hacen pensar en que hubiera un núcleo hispano-romano. Montilla quizás fue donde se ubica Munda en queJulio César y los republicanos librasen la célebre batalla (45 a. C.), aunque no existe una total certeza. Su proximidad a la vía de Corduba a Malaca y otras secundarias dan testimonios de que el lugar estaba habitado y había una intensa actividad agrícola. De fecha anterior a éstos, son los restos de poblamientos tartésicos eiberos hallados en el recinto del castillo.

De la época musulmana proviene el nombre de Montiya, anterior a la castellanización de la terminación -iya del árabe, que denomina a grupos humanos en toda su extensión, como agrupación, barrio, pueblo, ciudad, etc. Aparentemente, la zona estuvo poco poblada y lindaba con las coras de Cabra y Córdoba.

Poco se conoce de Montilla durante la primera época de la Edad Media, incluyendo su propio origen, hasta su incorporación a la corona castellano-leonesa entre febrero de 1240 y marzo de 1241, durante la segunda estancia de Fernando III de Castilla en Córdoba. En estos años comenzó el repoblamiento con familias provenientes de León. En 1257 pasó a depender de Gonzalo Yáñez Dovinal, a quien Alfonso X el Sabio concedió en señorío la villa y castillo de Aguilar, del que dependería Montilla hasta 1343, fecha en que se extinguió el linaje de la Casa de Aguilar.

La titularidad de estas tierras cambiaría en varias ocasiones, hasta que en 1371, Enrique II de Castilla la concede a Lope Gutiérrez, alcalde mayor de Córdoba, junto con la independencia y el título de villa. Fue en esta fecha cuando sustituyó a Aguilar de la Frontera como sede del señorío de ese nombre. Lope Gutiérrez, por su parte, la entregó en 1375 a Gonzalo Fernández de Córdoba, a cambio de sus diversos bienes en Guadalcázar.

La noticia más antigua que aparece de Montilla es en 1333, y hace referencia al castillo y a su nombre. Diez años después se menciona la población, consolidada totalmente, pero hasta 1371 no adquiere término municipal independiente de Aguilar y obtener el título de villa, reforzando su población y configurando su territorio a lo largo del siglo XV mediante pleitos por los límites con los concejos colindantes de Cabra, La Rambla, Castro del Río, Montemayor yEspejo. Sobre el Gran Capitán ha habido siempre una discusión sobre su nacimiento entre que era de Aguilar o de Montilla.

Siglos XVI, XVII y XVIII

Bajo los Fernández de Córdoba, Montilla se convertirá en el centro del señorío de Aguilar, suplantando incluso a esta villa, y se preparará para su desarrollo económico del siglo XVI. Durante la segunda mitad del siglo XV experimentó un importante crecimiento demográfico, alcanzando los 1.166 vecinos en 1530, por lo que, después de Priego, a la que termina por suplantar, era la villa más poblada del marquesado de este nombre. Existen testimonios de aquella época sobre el castillo, cuyo origen parece remontarse a épocas anteriores a la Baja Edad Media, y aunque apenas se conservan restos, ya que fue demolido por orden Fernando el Católico en 1508 como ejemplar castigo impuesto al titular de la Casa de Aguilar (ya entonces primer marqués de Priego) y aviso al resto de la nobleza andaluza. Las noticias antiguas nos informan acerca de su suntuosidad y celebridad.

En el siglo XVI el fuerte crecimiento demográfico y el auge económico influyen en la ampliación del perímetro urbano y en la remodelación arquitectónica de la parroquia de Santiago y creación de la totalidad de fundaciones conventuales: franciscanos en 1512,agustinos en 1519, clarisas en 1525, jesuitas en 1558, yconcepcionistas en 1594.

En 1630, Felipe IV de España le concede el título de ciudad. Por aquella época los derechos señoriales suponen grandes beneficios para éstos y no pocos conflictos para con los vasallos. Hasta 1711no se reconoce el derecho de los vecinos para erigir libremente hornos y molinos. Dentro de aquel marco, el concejo municipal cumple funciones de gobierno, justicia y regimiento de la villa, para lo que dispone de ingresos devengados por el arrendamiento de sus propios.

El siglo XVII está ligado a un estancamiento y regresión de la economía, epidemia de peste, falta de cosechas y hambre. Esto no frena el vigor religioso, sino que se intensifica con la fundación del hospital de San Juan de Dios en 1664 y el reconocimiento público del patronazgo de San Francisco Solano en 1647, casi ochenta años antes de su canonización en 1726.

El siglo XVIII supone una recuperación demográfica, sin cambios sustanciales en la estructura social, encabezada por los marqueses de Priego (duques de Medinaceli desde 1711), seguida de algunas familias nobles, clero, campesinos y artesanos de los más variados gremios. El 1 de abril de 1767 se expulsa a los jesuitas y el 24 de agosto de 1779 se funda la primera Sociedad Económica de Amigos del País.

El siglo XIX fue tumultuoso. Se vivieron diversos enfrentamientos, ya fuera contra los franceses en la Guerra de Independencia o entre absolutistas y liberales, a lo que se deben añadir la grave epidemia de 1855 y las revueltas contra Isabel II de España.

La revolución de 1868 representó un etapa de gran agitación política, puesto que en Montilla existían grupos de demócratas organizados. El amaño de las elecciones por parte de la burguesía local creó un ambiente de gran tensión social que dieron lugar a los graves sucesos de 1873, al conocerse la proclamación de la I República, en que estalló un motín popular, asalto e incendio de casas de varias autoridades municipales, con el asesinato de uno de los hombres más ricos al intentar huir. Desde este momento Montilla fue un importante núcleo republicano, con un claro reflejo de esta tendencia en las elecciones municipales.

Siglos XIX, XX y XXI

Los principios del siglo XX se caracterizaron por la enraización de estas ideas republicanas y socialistas, éstas de la mano de las doctrinas difundidas por el médico Francisco Palop Segovia, así como por la multiplicación de las organizaciones obreras y el anticlericalismo.

Los socialistas obtuvieron la mayoría en las elecciones de 1920, en continuo enfrentamiento con el sindicato católico, que estaba dirigido por el conde de la Cortina. Durante los años de la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930), maduró y se expandió enormemente la industria vitivinícola de la ciudad.

En las elecciones generales de 1931 y 1933, los socialistas obtuvieron una mayoría aplastante y en 1936 el Frente Popularduplicó el número de votos de la derecha. Más tarde, la Guerra Civil Española no pasó de puntillas por el pueblo y muchos inocentes tuvieron que huir por la persecución del bando fascista, de los cuales muchos no regresaron o fueron represaliados por el bando golpista vencedor.

La posguerra fue especialmente dura, pero en los 60 se entró de lleno en el desarrollismo de la mano de la industria vitivinícola que situó a Montilla en los primeros lugares de la provincia. No obstante, el pueblo no se libró de la fiebre migratoria, siendo el principal destino de la inmigración Cataluña (Sant Joan Despí) y Alemania. Hoy día forma parte del triángulo de ciudades considerado motor de la economía cordobesa.

Patrimonio histórico-artístico

– Edificios civiles

Alhorí del antiguo castillo de Montilla (s. XVI-XVIII): Graneros construidos en 1728 y otros restos del castillo de los señores de Aguilar y marqueses de Priego. En el nació el Gran Capitán y fue derruido en 1508 por orden de Fernando el Católico como represalia. Futuro Museo Temático del Vino, yacimientos ibéricos (s. VIII a. C.)

Ayuntamiento y antigua iglesia del hospital de San Juan de Dios: Fachada de inspiración neoclásica, ocupa el edificio del antiguo convento-hospital de San Juan de Dios. Lugar aludido porMiguel de Cervantes en El coloquio de los perros (Novelas ejemplares, 1613). Iglesia de planta octogonal, hoy salón municipal de exposiciones.

Casa del Inca Garcilaso de la Vega (s.XVI): Casa donde vivió y escribió parte de su obra el Inca Garcilaso de la Vega entre 1561 y1591.

Casa-oratorio de San Juan de Ávila (s. XVI): Ermita y casa museo donde vivió, escribió y murió San Juan de Ávila. Conserva el aspecto original de una modesta vivienda de la época y la ermita-oratorio creada en 1547 por los marqueses de Priego. Reliquias, esculturas y pinturas de los siglos XVI, XVII y XVIII.

La Tercia (historicista, s. XX): Edificio de viviendas erigido bajo los auspicios del séptimo Conde de la Cortina, Francisco Alvear y Gómez, en 1921. Se construyó sobre la antigua tercia, casa donde se depositaban los diezmos.

Teatro Garnelo (s. XX): Teatro levantado en 1917. Relieves alegóricos en estuco. Restaurado en 1999 y en uso.

Palacio de los duques de Medinaceli (s. XVI): Una vez demolido su palacio, los marqueses de Priego (y posteriormente duques de Medinaceli) levantaron este palacio en la parte baja del casco antiguo de la ciudad, en tradición aún manierista. Destacan la fachada principal y el arco de medio punto que comunica con el vecino convento de Santa Clara.

Palacio del conde de la Cortina

Bodegas Alvear

Casa de las Camachas 

 – Edificios religiosos

Parroquia de Santiago (s. XVI, restaurada en el XVIII)

Iglesia de la Encarnación o de los Jesuitas (neoclásica, s. XVIII)

Iglesia de San Sebastián (gótico-mudéjar, mediados de s. XVI)

Parroquia de San Francisco Solano (neoclásica, s. XVII)

Convento de Santa Clara (s. XVI): muy importante por los dulces que hacen las monjitas clarizas como magdalenas, roscos de vino, mazapanes etc…

Convento de Santa Ana (estilo toscano, s. XVI)

Iglesia de San Luis (s. XVII)

Iglesia de María Auxiliadora (neogótica, s. XX)

Ermita del Santico (s. XIX): Según la tradición, la ermita fue erigida en el mismo lugar en que San Francisco Solano se paraba a descansar cuando iba a la huerta de Las Minas a llevar comida a su padre, Mateo Sánchez Solano. Allí, El Santo solía distribuir comida entre los pobres. Fue levantada por el gremio de zapateros y curtidores.

Ermita de San José (s. XVI)

Ermita de la Rosa (gótico-mudéjar, s. XVI-XVIII)

Iglesia y convento de San Agustín (s. XVI-XVII)

Ermita de Belén (s. XVII)

Ermita de la Paz (s. XVI)

– Museos

Museo Histórico Local: Culturas ibérica, romana, musulmana y visigoda. Época cristiana y objetos de interés etnográfico.

Casa de las Aguas (palacete modernista, s. XIX)

Museo del Vino: Estará ubicado en los graneros del antiguo castillo de Montilla.

Lugares de interés

  • Yacimiento íbero
  • Paseo de la Rosa y La Corredera
  • Barrio y mirador de La Escuchuela
  • Llano de Palacio y Parque de Cervantes
  • Parque de las Mercedes (antiguamente de los Monos)
  • Arco del convento de San Lorenzo
  • Escuelas del Pescao
  • Piedra Luenga (afloramiento rocoso en las estribaciones de la Sierra de Montilla)

 Recetas

La privilegiada situación geográfica de Montilla le ha permitido contar siempre con variados y frescos productos, como los pescados de Málaga, carnes de la sierra y verduras de las huertas que, realzados con los diferentes vinos de la tierra, han dado lugar a muy personales recetas, como son:

Las alcachofas a la montillana: Limpiar bien las alcachofas, retirarle las hojas duras, recortarle las puntas y cortarlas por la mitad. Trocear las cebolletas muy menudas y los ajos picados, y rehogarlo todo  en  una  cazuela  con  aceite  de  oliva.  Cuando  las  cebolletas estén  tiernas,  incorporar  las  alcachofas.  Añadir  también  unas hebras de azafrán, el vino, una pizca de pimienta y el laurel. Dejar hervir hasta que las alcachofas se enternezcan y el vino se haya reducido. La   alcachofa   que   tradicionalmente   se   ha   utilizado   para   la elaboración de este plato es una variedad autóctona de Montilla, que se caracteriza por ser más corta y redonda que la alcachofa común.

Los riñones al Montilla: se sofríe la cebolla y el ajo con los riñones de cerdo y tocino de jamón. Se le añade vino de Montilla, laurel, sal, pimienta blanca y jugo de carne.

Solomillo al Pedro Ximénez: Realizar unas pequeñas incisiones por ambos lados a los solomillos enteros (para que luego se hagan mejor por dentro). Salpimentarlos. Dorarlos bien por las dos caras en una sartén con aceite de oliva. Sacarlos de la sartén y reservarlos. Incorporar el vino “Pedro Ximénez” y las pasas  al aceite con el que hemos frito los solomillos. Hervir hasta que el vino se reduzca un poco. A continuación, añadir los piñones y rehogar un poco más. Servir los solomillos y acompañar con la salsa de pasas y piñones.

Como primeros platos fríos cuya base es la verdura, son típicos el:

Salmorejo, al que se suele añadir como guarnición sardinas o boquerones fritos. Lavar los tomates. Trocearlos y ponerlos en el vaso de la batidora eléctrica con el pan, los ajos y la yema de huevo. Batir bien e incorporar el vinagre, la sal y el aceite. Seguir batiendo hasta que quede una mezcla fina. Añadir el agua y refrigerar. En el momento de servir espolvorear con cebollino picado, pimiento verde, huevo duro y jamón.

Gazpacho blanco, hecho con ajo y huevo. Verter el pan, los dientes de ajo, el aceite de oliva y el huevo en un recipiente hondo y añadirle vinagre y sal al gusto. Batirlo todo hasta que no queden grumos. Añadir un litro y medio de agua  bien fría. Picar manzana y uvas en trozos pequeños y añadir al gazpacho.

Aunque el gazpacho se suele tomar como bebida refrescante que acompaña las comidas en verano, también podemos transformarlo en  una  sopa  fría.  Para  ello,  le  podemos  añadir  las  frutas  antes mencionadas, pepino, o también le favorecen mucho las pasas y los piñones.

Gazpacho de tomate: Cocer un huevo. Lavar y picar los tomates. Verter los tomates, el pan, los dientes de ajo, el aceite de oliva y el huevo  cocido  en  un  recipiente  hondo  y  añadirle  vinagre  y  sal  al gusto. Batirlo todo hasta que no queden grumos. Añadir un litro y medio de agua  bien fría. Aunque el gazpacho se suele beber en vaso durante las comidas, o como  postre,  también  podemos  transformarlo  en  una  sopa  fría añadiendo  los  siguientes  ingredientes  a  modo  de  guarnición: pepino, tomate y huevo duro picados.

Entre el pescado:

El bacalao se suele añadir a la naranja picada, que se hace además con cebolla y huevo duro.

El crispín es una croqueta alargada, hecha a base de merluza ypatatas, que se sirve con dos salsas: mahonesa y de tomate.

Merluza en salsa verde con vino fino: Retirar la piel a los lomos de merluza, lavarlos y salarlos. Tenerlos un par de horas remojados en leche (para que resulten más jugosos).

Poner  aceite  en  un  perol  y  freír  los  ajos  pelados  pero  enteros. Sacarlos de la sartén y reservarlos. Partir en trozos grandes las cebollas y rehogarlas. Verter en el vaso de la batidora los ajos y cebollas, junto con el perejil, el vino y un poco de sal.

Triturar todo hasta obtener una salsa. Pasar a una cazuela grande el aceite utilizado para freír las cebollas. Escurrir los lomos de merluza e incorporarlos a la cazuela. Marcar por ambos lados. Cubrirlos con la salsa y agitar la cazuela sin mover los lomos para que no se deshagan. Añadir los guisantes y rehogar hasta considerar que los lomos están hechos. Servir  y rallar por encima de la merluza los huevos duros.

De carnes, son típicos:

Rabo de toro: Proceso de elaboración: Se quita el sebo que pueda tener el rabo de toro y se parte por las articulaciones. En una sartén se fríen las cebollas hasta que se doren y estén suaves pero sin quemarse. Se pone en la olla a presión los rabos en crudo, los tomates, un poco de pimienta molida, las cabezas de ajo, azafrán, y se le agregan las cebollas con el aceite en el que se han frito. Se pone al fuego y se rehoga bien. Una vez que esté todo dorado, se le añade el vino, se tapa la olla y se tiene a fuego lento durante 45 minutos, a partir de que la olla coja presión. Se fríen unas patatas hasta que estén bien doradas y se añaden al guiso. Este plato no debe comerse recién hecho, está mejor si se deja reposar.

Flamenquines filetes de cerdo con jamón serrano dentro. Se enrollan y se cierran bien, rebozando en huevo y pan rallado y se fríen en aceite bien caliente. Presentación de guarnecidos con patatas fritas.

Como guisos:

Potaje de garbanzos: garbanzos, cebolla, tomate, pimiento verde, aceite, ajo, sal y laurel.

Cocido: garbanzos, patatas, judías verdes, hueso de jamón, tocino hueso añejode espinazo y sal. Se le puede añadir también rabo y oreja de cerdo.

Un apartado especial merecen los dulces:

Gachas de mosto: Moler la rama de canela y los clavos en un molinillo de café. Poner el ajonjolí en un cazuelo tapado a fuego lento para que se tueste. Hervir el mosto en una cazuela de barro hasta que se reduzca a la mitad. Dejar enfriar y, a continuación, añadir la harina, la canela y los clavos  previamente  molidos.  Poner  todo  a  fuego  lento  y  cuando empiece a hervir remover durante unos 15 minutos. Apartar  del  fuego,  verter  en  un  recipiente  y  rociar  por  encima  el ajonjolí tostado.

Este tipo de gachas se pueden hacer también con arrope en lugar de con mosto. Tradicionalmente, dependiendo del momento en que se encontrara la campaña de recolección de la uva, se usaba mosto o arrope. Se hacen para el día de los Santos.

Borrachuelos y pestiños por Semana Santa

Castañas y nueces son tradicionales comerlas por el día de la Aurora, así como en todas las celebraciones y fiestas populares las tradicionales sopaipas o sopaipillas.

Mención especial habría que hacer de los afamados alfajores de almendra y pastelones de cabello de ángel y hojaldre de la centenaria confitería montillana de Manuel Aguilar.

El vino de Montilla

Las tierras albarizas de Montilla son suelos de primera calidad en la obtención del vino. Junto a las altas temperaturas, han sido muy propicias para que haya arraigado la predominante variedad de cepaPedro Ximénez, originaria del Rin, de donde se cuenta que fue traída por un soldado de los Tercios de Flandes llamado así, o Peter Siemens, en su versión germánica.

La crianza del vino de Montilla se realiza en botas de roble americano mediante el sistema de criaderas y soleras, consistente en ir mezclando parte de los vinos más nuevos, situados en los niveles superiores, con los más viejos, de las filas inferiores, dejando para el consumo los que están sobre el suelo o soleras.

El vino fino es el más extendido, de color amarillento pálido, aroma punzante, seco y levemente amargoso, con un contenido alcohólico de unos 14º, los cuales se consiguen excepcionalmente en estas tierras de forma natural, sin añadidos.

El amontillado es un vino generoso, de color oro viejo, de aroma intenso, seco, suave y lleno al paladar, con una graduación alcohólica de entre 16º y 22º.

El oloroso es un vino generoso de color caoba oscuro, aromático, con mucho cuerpo, lleno y aterciopelado, seco o ligeramente abocado y enérgico, de graduación entre los 16º y 18º.

El Pedro Ximénez es un dulce natural, de color rubí oscuro, obtenido a partir del mosto de uva soleada de la variedad del mismo nombre, que se somete a fermentación alcohólica parcial.

Recientemente se vienen comercializando los vinos jóvenes, que son más ligeros –entre 10º 12º y afrutados, elaborados con otras variedades de cepa, y también los vinos de tinaja, frescos, sin pasar por el contacto de la madera ni otros tratamientos. Es un hecho novedoso en Montilla la elaboración de vinos tintos, de los que se está consiguiendo cada año mayor calidad e implantación.

Fiestas locales y relación con los alimentos

Velada de San Sebastián (20 de enero): Los vecinos y parroquia de este barrio, en torno a una candela donde se pinchan chorizos , es en el Llanete de la Cruz y celebran la fiesta de su patrono.

Carnaval: Desfile de carrozas, con muchos participantes disfrazados y concurso de murgas y chirigotas. También tiene interés el domingo siguiente donde se reañiza una “sardiná.

Semana Santa: Comienza el sábado anterior al Domingo de Ramos con la representación dramática de La Pasión, en la que intervienen unos 230 personajes. Sigue el Viernes de Dolores y termina la Semana Grande con la procesión de Cristo Resucitado y Maria de la Paz. Relacionado con la comida: el viernes santo se comeensaladilla rusa, tortilla de patatas y bacalao frito.

Fiesta de la Cruz: (en torno al 3 de mayo): Desfile de cruces de mayo recorren las calles de Montilla y fiesta de la Cruz en su barrio, con verbena, concursos y casas engalanadas.

Feria de San Francisco Solano (en torno al 14 de julio): En honor a su patrono, procesión del Santico.

Fiesta de la Vendimia (finales de agosto y principios de septiembre) Nombramiento del Capataz de Honor, pregón y acto de pisa de la uva. Sigue con la verbena de la Virgen de las Viñas en el barrio de las Casas Nuevas Patrona de la Vid y del vino. El Consejo Regulador de Denominación de Origen Montilla-Moriles y varias bodegas ofrecen degustaciones gratuitas de vino y promociones especiales de venta de estos vinos.

Virgen de la Aurora patrona de montilla en la que se comen castañas y nueces.

Fiesta de los Santos muy importante en montilla porque la Centuria Romana Munda realiza una paella gigante.

Día de reyes se realiza un roscón gigante que hace 2 años fue el más grande del mundo.

Ruta del vino

La Ruta de Montilla-Moriles transcurre por un paisaje de vides, olivos y cereales, trilogía de la cultura mediterránea. Nueve son los municipios de esta ruta: Aguilar de la Frontera, Córdoba, Fernán Núñez, Lucena, Montemayor, Moriles, Puente Genil, La Rambla y Montilla. El vino ha representado para la cultura y la tradición de esta tierra un sello de identidad y un elemento económico de singular importancia, que define y diferencia esta comarca de otras zonas agrícolas de este territorio.

Actividades

Catas de iniciación o espectáculos de flamenco son algunas de las actividades que se pueden combinar con la Ruta del Vino.

Fiestas como los Patios de Córdoba en mayo o la Fiesta de la Vendimia en Montilla, (finales de agosto – primeros de septiembre), son citas ineludibles para todo turista que visite Andalucía.

Características

El prestigio de los vinos de Montilla-Moriles es fruto de una larga tradición vinícola de años de crianza de los más variados caldos. Hay tres tipos básicos de vino: jóvenes afrutados, de crianza y generosos, que se consiguen a través del sistema de Soleras y Criaderas y ofrecen una amplia gama de estilos que van desde el fino o el amontillado al oloroso. Entre agosto y septiembre, comienza en la zona de Montilla-Moriles el ancestral rito de la vendimia.

El Pedro Ximénez uno de sus caldos más famosos, toma su nombre de la variedad de uva que procede, caracterizándose fundamentalmente, por su delicada piel y por su alto contenido en azúcares.

Cortadas las uvas al llegar a su estado de madurez, se tienden al sol para conseguir su pasificación. Una vez procesadas, el resultado final es un vino dulce, que por su afrutado y agradable sabor puede tomarse como postre. Además de la Pedro Ximénez, en esta D.O. conviven otras variedades como Airén, Montepila, Baladí y Moscatel. Precisamente Montilla-Moriles es una denominación que intenta abandonar su clásica imagen con la apuesta por nuevas variedades de uva y nuevos sistemas de producción, más acordes a los gustos actuales.

Recursos

La Ruta del Vino Montilla-Moriles cuenta con más de 40 empresas asociadas, entre bodegas, hoteles, restaurantes, enotecas, etc. preparadas para acoger y proporcionar una experiencia única a sus visitantes. En Montilla-Moriles podrás contemplar en directo y a fuego lento todo el proceso de construcción de un tonel, una tradición de artesanos y artistas única, que todavía se conserva en esta ruta, así como el trabajo artesanal de los Lagares familiares, únicos en esta zona. El tapeo es una manera informal de descubrir un abanico de manjares típicos de la zona ligados a los excelentes caldos de la tierra que son servidos por los famosos venenciadores andaluces.

Restaurantes 

Las Camachas

Hotel Don Gonzalo

El Quijote

Los Arcos

Cafeteria y churreria Jama

Las herencias de nuestra cocina. Córdoba. 


Por Alejandro Ibáñez

Córdoba

Córdoba es considerada por muchos la Capital de la Cultura Gastronómica. Este título puede ser recibido gracias a las recetas que romanos, árabes, fenicios, griegos y cristianos le han regalado.

El fondo de nuestras cacerolas se comenzó a cocer hace unos 2.700 años, con la llegada de griegos y fenicios y con ellos el olivo que los romanos extendieron por nuestro territorio. La cocina mediterránea no podría existir sin el aceite de oliva y sus múltiples funciones en cada plato: da sabor, color y aroma, modifica las texturas, transmite el calor, integra los alimentos, personaliza e identifica un plato y es compatible con todos los sabores. Hasta llegar aquí el aceite de oliva ha “sufrido” mucho.

La influencia culinaria de Roma se conoce muy bien gracias a numerosas fuentes escritas y arqueológicas y, dando de lado algunos excesos ridículo, fue una dieta rica en hidratos de carbono que aportaban harinas, hortalizas y legumbres con los complementos proteicos de la leche, los huevos y la carne y, en menor medida, por las dificultades de conservación y captura, el pescado, que solía mezclarse con queso blanco, y era un buen receptor de plantas aromáticas. Herencia romana pura es el gusto por la carne de cerdo, la más solicitada por sus múltiples formas de prepararse y porque es la que mejor liga con las salsas, a las que, también, eran muy aficionados los romanos.

Curiosamente tenían la costumbre de hervir la carne y después asarla, lo que supone una pérdida de proteínas. Se debía a que rechazaba la sangre animal y cuando hervía la carne la dejaba perfectamente preparada para asarla ya que se prefería la “carne doradita”. Roma llevará el cerdo a su punto más alto, marcando las pautas sobre las reglas para la crianza, matanza y preparación de todos sus productos derivados destacando en la invención de la fórmula, casi mágica, que hizo posible que ciertos productos efímeros pasaran a ser casi eternos, los embutidos.

Para la Gastronomía Andalusí también contamos con abundantes fuentes literarias y arqueológicas que la definen como una cocina oriental que adopta las costumbres hispano-romanas y utiliza productos autóctonos. Su marcado carácter popular nos queda en nuestra inclinación por dulces y fritos. Pan, sopas, potajes y pastas ocuparon un puesto destacado en la alimentación. También abundaban frutas y verduras. La carne se consumía muy troceada, con abundantes especias y bastante vinagre para ablandarla y facilitar la digestión. También fueron muy populares las albóndigas, y la carne de caza, con mucho aceite y ajo. El pescado era un plato de zoco, muy consumido en fritura por las clases populares.

 ¿Qué nos ha quedado de esta alimentación variada, abundante y equilibrada que los cristianos viejos intentaron eliminar tras la Reconquista? Innumerables platos, en general todos aquellos en los que predominan el majado. Esta influencia está muy presente también en los dulces: fritos emborrizados en miel, hojaldres de ajonjolí, masas de harina perfumadas con limón como perrunas, tortas de aceite, alfajores, mazapanes, turrones o pestiños.

Hay dos aspectos curiosos que marcan nuestra cocina. El aceite de oliva y el pescado. La historia del aceite, relacionada con el comercio, la medicina, la iluminación, la cosmética y muy especialmente con la alimentación está muy ligada al mundo romano y a toda la cuenca del Mediterráneo.

Pese a sus reconocidas propiedades y dejando a un lado la mala prensa que le hicieron los obtenidos de semillas, ha tenido más que malas rachas. En la cocina bajomedieval y renacentista tuvo escasa consideración, se reservaba para los días de abstinencia de carne, y su utilización para el pescado y las ensaladas, se convierte en símbolo de penitencia.

Lo habitual era cocinar con grasa de cerdo, signo de cristiano viejo, porque “sin tocino la olla el diablo se la coma”. Como base de salsas no comienza a utilizarse hasta el s. XVII, al que se añaden ajo y cebolla. Las especias, costosas y más difíciles de conseguir entonces, dan paso a una cocina tradicional que, con la excepción del anís, el comino y el azafrán, por su color y propiedades de tónico cardiaco, recurre a las hierbas aromáticas, hierbabuena orégano, perejil, cilantro, e hinojo para de dar color y sabor a sus platos.

Lo mismo ocurre con el pescado, consumido en fritura por las clases populares musulmanas, no aparece en las altas mesas andalusíes para distinguirse de los cristianos que debían consumirlo por obligación religiosa. La carne, signo de riqueza, podía generar violencia y deseo sexual, por lo que la Iglesia Católica la desaconsejaba y prohibía más de 150 días al año entre abstinencias, vigilias y cuaresmas. Comer pescado, al que no se atribuía ninguna propiedad nutriente ni por los médicos, y encima por mandato, parece que fue una de las causas de nuestra ancestral aversión al mismo.

Fuente: libro “Ruta gastronómica de la provincia de Córdoba 2009”
Edita: el Día de Córdoba.
Gerente: Miguel Á. Medina.
Director: Luís J. Pérez-Bustamante.
Coordinador: José Manuel Santiago.
Redacción: Alejandro G. Cubeiro y Alejandro Ibáñez.
Diseño libro: Fernando Rivas Roldán.
Fotografía: J. Martínez, Á. Carmona, M. Á. Salas, Ó. Barrionuevo y A. Ibáñez.

 
 
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