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Gastronomía y cultura de nuestros pueblos: Castro del Río

Gastronomía y cultura de nuestros pueblos: Castro del Río

Dirección y coordinación Rafael Moreno Rojas,  Catedrático de Nutrición y Bromatología

Texto: José María Castro Pavón y Beatriz Ríos Alcaide (alumnos de Alimentación y Cultura de la Titulación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba)

Ubicación

Castro del Río es una localidad situada a 42 km al sureste de la provincia de Córdoba, en la campiña en la comarca de Guadajoz. La superficie de su término municipal es de 218,8 kilómetros cuadrados.

Historia

Ya en la época de la Prehistoria encontramos los primeros pobladores de Castro del Río. Los estudios de sus tierras demuestran la intensidad de su poblamiento y la benevolencia de las mismas desde la Edad de los Metales. Se han encontrado restos Eneolíticos, ibéricos (recinto fortificado y exvotos), cerámica griega y campaniense, inscripciones romanas y visigodas.

Las primeras noticias sobre Castro del Río datan  de 1.236, cuando aún estaba en poder de los musulmanes. En 1.240 fue conquistada por Fernando III mediante pacto, iniciándose a continuación el repartimiento de sus tierras. Castro del Río, constituida a principios del siglo XIV por el Castillo, la Villa y un arrabal extramuros, se verá condicionada por su situación fronteriza y su ubicación en la zona de penetración desde Córdoba a Granada por el valle del Guadajoz.

Tuvo una vida religiosa muy intensa a lo largo de los siglos bajomedievales y de la modernidad, como se demuestra nada más que con la enunciación de su extenso patrimonio histórico-artístico. Fue cabeza del Arcedianato de la Campiña, gozando de una importante situación económica. Con la incorporación en 1.565 al Marquesado de Priego, Castro del Río queda sometido a la jurisdicción señorial, situación que se mantiene a lo largo de la Edad Moderna.

La Villa de Castro del Río, sufrió todos los vaivenes políticos y militares que caracterizan la historia más temprana del siglo XIX provincial. La enfrentada realidad socio-económica de Castro, junto a la temprana conciencia social de su grupo proletario, fortalecieron el predominio incuestionable de las corrientes libertarias en el periodo finisecular del siglo XIX y en buena parte del XX.

Desde 1.913, Castro del Río se convertirá en la “Capital del Sindicalismo Cordobés”, en palabras de Díaz del Moral. Y a partir de Abril de 1.915, la FAN (Federación Nacional de Agricultores) tendrá en Castro su cabeza centralizadora para toda la región cordobesa. Esta relevancia culminará con la celebración de los Congresos Anarcosindicalistas de 1.918 y 1.919. El 22 de Septiembre de 1.936 el pueblo pasó a estar sujeto a la Zona Nacional.

Producción y comercialización alimentaria

  

Los suelos formados sobre suelos calizos suelen ser pobres para cualquier tipo de cultivo por lo que se orientan fundamentalmente al olivar. Aunque las lluvias, no demasiado abundantes, difícilmente pueden modificar las condiciones agrarias de Castro respecto de su entorno, sí que puede hacerlo su hidrografía, pues la presencia del Guadajoz, cruzando de este a oeste el término, en su camino hacia el Guadalquivir, determina la presencia de zonas irrigadas que superficialmente suponen una envergadura mayor a la habitual en la campiña.

La actividad agraria en conjunto, supone el medio de vida predominante para la población, muy por encima del sector industrial o de servicios.

Recetas

La gastronomía castreña es muy rica y variada. La cocina tradicional se basa en los platos típicos de toda la provincia de Córdoba como puede ser el salmorejo, el gazpacho o los flamenquines. Destacando como plato típico castreño, tenemos las albondigas o el albondigón. En cuanto a los embutidos, debemos destacar sus famosos chorizos y morcillas, teniendo más prestigio las provenientes de matanzas caseras. 

La mayoría de su repostería en torno a las festividades. De este modo, para la fiesta del Corpus Christi, son típicos los llamados “Bollitos del Día del Señor”. En Semana Santa podemos encontrar magdalenas, roscos blancos y pestiños; y en las bodas, acompañando a la tarta nupcial, los castillos de caramelo. Tampoco podemos olvidar sus bizcochas que se regalan cuando se visita a un enfermo o a una recién dada a luz. En la noche de Reyes, a diferencia de otros lugares en los que se consume el típico Roscón de Reyes, se regalan unas pequeñas tartas de bizcocho y merengue.

De gran calidad ha sido siempre el aceite de oliva castreño, que recientemente, se ha integrado bajo la denominación de origen “Aceites de Baena”, marca de reconocida trayectoria y prestigio.

Fiestas locales y relación con los alimentos

La Candelaria.

Festividad celebrada por los barrios, en los que los niños construyen con un palo y ruedas viejas una “Candelaria”, a la que ponen un muñeco de trapo en todo lo alto, le prenden fuego y juegan alrededor.

San Blas.

Fiesta que se remonta a tiempos muy antiguos en los que las madres llevaban cintas a la iglesia a bendecirlas para luego ponerlas en la garganta a sus hijos y el santo (abogado de la garganta) les preservara del “garrotillo” (disteria). También era costumbre colgarle en esa cinta una rosca de pan para que se la comieran de camino a la escuela.

San Marcos.

En este día se conmemora la victoria sobre los moros en una batalla que tuvo lugar cerca de la población. Para recordarlo y celebrarlo, se sale al campo a comer, los niños llevan tambores, sables de madera y gorretinas, recordando aquella gesta guerrera.

Feria de la cruz.

Son festejos tradicionales en los que se visten de flores las cruces y se adornan las calles, en especial el barrio de la Villa, el cual cobra una especial animación durante las noches.

Romería de la Virgen de la Salud.

Esta romería es de origen muy reciente, pues empezó a celebrarse a raíz de la Coronación Canónica de la imagen en 1.990. Congrega decenas de carrozas y miles de personas, que dirigidas por la Hermandad de la Virgen de la Salud, hacen el camino hasta una alameda, cruzando el río Guadajoz. Allí se oficia una misa rociera, discurriendo el resto del día con comida campera, cantes y bailes, volviendo al atardecer al pueblo.

Feria de Santiago.

Estas fiestas duran aproximadamente tres días, siendo el más importante el 25 de julio, por la bajada de la patrona, la Virgen de la Salud, en procesión desde su ermita hasta la parroquia, donde permanece hasta el primer domingo de octubre.

Feria Real.

Esta feria data de los años veinte del siglo XIX. Actualmente se sigue celebrando con gran variedad de festejos, tanto taurinos como flamencos y deportivos, sin olvidar la proclamación de la Reina de las Fiestas, las Dianas Mañaneras y los Fuegos Artificiales que ponen el broche a la fiesta.

La Aurora.

Esta fiesta tan arraigada en Castro, se celebra en las madrugadas que van desde San Andrés hasta la Inmaculada, con las tradicionales coplas que entonan los campanilleros.

La  fiesta  culmina el día 8 de diciembre con misa y procesión de la Virgen.

Los Mochileros.

En la tarde-noche del 24 de diciembre, antes de la cena de Nochebuena, los niños del pueblo se visten con sencillos disfraces, cantando por las casas villancicos, a cambio del aguinaldo. Antes de comenzar pronuncian la típica frase “¿Queréis mochileros?”.

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